"Secreto"

 ¡Estamos de vuelta!

    Como ya hemos mostrado en anteriores entradas, el amor que tuvo nuestro poeta por Laura, tuvo grandes consecuencias en sus creencias religiosas.

    Tras su coronación, en 1341, centro su trabajo en la figura del ser humano, influenciado por los autores clásicos, tanto por filósofos como los padres de la iglesia, con el objetivo de resolver sus conflictos internos.

    De este periodo periodo surgieron obras como El Secreto mío, La vida solitaria, o de Los remedios contra próspera y adversa fortuna, caracterizadas por una elevada carga moral y una notable tensión de crear un modelo diferente entre lo pagano y lo cristiano, tomando como representantes a San Agustín, Cicerón y Séneca. 

     La obra del Secreto es fundamental para comprender la transformación del poeta. Se refleja el conflicto interno del poeta a través de un gran número de epístolas, con la intención de borrar de su mente ciertas acciones de su pasado de las que comenzaba a sentirse culpable.

    El secreto mío representa el diálogo entre Petrarca y su conciencia, representada por la figura de San Agustín, ya que encontraba empatía en esta figura alegórica, de haber sufrido la misma experiencia. Petrarca intenta a partir de esta obra, reflejar la imagen que desea asociar a su figura. Petrarca, mientras que se encuentra meditando sobre su existencia y sus males, es sorprendido por La Verdad y San Agustín, quien es invitado por La Verdad para que ayude al poeta a superar su somnolencia espiritual a partir de ser un buen cristiano. Por lo que, observamos una lucha entre su vida como filosofo, y amante del arte, y su amor hacia Dios.

    Por esta exigencia de un ascetis­mo riguroso, que se manifiesta mientras en el espíritu estallan en todo su resplan­dor la belleza del mundo y la dulzura del amor, El secreto es el documento más hu­manista del Renacimiento.

BIBLIOGRAFÍA:

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